Alimento.

"Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer." Juan 15.5

Esta es la historia de un niño que nació seis semanas prematuro. Su vida estaba en peligro debido a su tamaño y peso menores de lo normal: por tal razón, tuvo que quedar internado en el hospital por unas semanas, hasta que su peso fuera normal, y luego poder ser dado de alta.

El problema era que tenía que hacer un gran esfuerzo físico para alimentarse, porque quemaba más calorías de las que adquiría, lo que era un gran obstáculo para su crecimiento, como si avanzaba un paso y retrocedía dos.

Para este niño no existía medicina o tratamiento que pudiera resolver el problema, simplemente necesitaba la reconstitución provista por el alimento.

Esto nos ilustra también que a los cristianos, los desafíos de la vida en un mundo caído, hacen que nuestras reservas emocionales y espirituales se agoten, y ahí es cuando necesitamos el alimento para fortalecernos.

¿Cómo podemos hacerlo?

David nos da la receta en el Salmo 37:3:
Confía en Jehová, y haz el bien;
Y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad.
La seguridad y la tranquilidad de la felicidad interminable de nuestro Dios, puede darnos la capacidad para continuar adelante en Su Santo Nombre, cuando la debilidad nos aflige.

El fiel cuidado de nuestro Dios es el alimento que necesitamos; como dijo el himnólogo: "...que Él es mi fuerza, mi fe, mi reposo.".

Dios te bendiga.

Tu amigo y hermano,
Anibal Matamoros/Evangelista.

www.AnibalMatamoros.com
Porque Dios quiere bendecirte.
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Y salió Jesús y vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas que no tenían pastor; y comenzó a enseñarles muchas cosas. Marcos 6.34